viernes, 1 de junio de 2012

Filosofía y religión de China


Filosofía china, denominación colectiva de varias escuelas de pensamiento creadas por eruditos y pensadores chinos. La filosofía china ha pasado por tres etapas históricas distintas: la etapa clásica, periodo creativo que va desde el siglo VI hasta el II a.C.; la medieval, desde el siglo II a.C. hasta el siglo XI d.C., periodo de síntesis y absorción del pensamiento extranjero, y la moderna, que comprende desde el siglo XI hasta nuestros días, tiempo de maduración de las tendencias filosóficas precedentes e introducción de nuevas filosofías tomadas de las culturas occidentales. A través de estas etapas, el pensamiento chino ha tendido hacia el humanismo en vez del espiritualismo, hacia el racionalismo y no hacia el misticismo, al sincretismo en lugar del sectarismo.

Etapa clásica

La etapa clásica de la filosofía china se originó en los últimos años de la dinastía Zhou, que duró desde el 1027 a.C. hasta el 221 a.C. Durante esta etapa de agitación política y social, los estados feudales, durante largo tiempo subordinados a la casa Zhou, fueron ganando fuerza económica y militar y se encaminaron hacia la independencia. Cuando su poder eclipsó el de Zhou, se rompieron los lazos feudales y estalló la guerra entre los estados en el siglo V a.C., cayendo en el caos político en los siglos IV y III. Mientras tanto los cambios sociales y económicos resultantes de las nuevas tendencias del comercio estaban alterando la sociedad agrícola. En este clima de anarquía política y agitación social surgió una nueva clase de funcionarios-sabios, constituida por hombres que aspiraban a reunificar el Imperio y restaurar el orden social a través del conocimiento y el saber.


Confucio (551-479 a.C.) 
Confucio y discípulos posteriores

El más importante de aquellos sabios fue Confucio, miembro de la aristocracia menor y funcionario del Estado de Lu, en la actual provincia de Shandong, que vivió entre finales del siglo V y principios del IV a.C. Fue maestro itinerante y consejero de los soberanos de varios estados. Para restablecer el orden y la prosperidad, abogó por la restauración del gobierno imperial, de las organizaciones sociales y familiares y de las reglas establecidas en la literatura clásica de principios de la dinastía Zhou. Lo más importante en este sistema, sin embargo, era el individuo. Para Confucio cada ser humano tiene que cultivar virtudes personales como la honestidad, el amor y la piedad filial a través del estudio de los modelos aportados por la literatura clásica. Esto traería la armonía a la jerarquía que conformaba la familia, la sociedad y el Estado. Los individuos más importantes serían sus dirigentes y consejeros, porque sus pautas de conducta virtuosa representarían un ejemplo para los demás.

Confucio no habló en sentido estricto de la naturaleza de los seres humanos, los derechos del pueblo contra los soberanos tiranos y la influencia de lo sobrenatural en los asuntos de los hombres. Pero dos de sus discípulos de los siglos IV y III a.C., Mencio y Xun-zi clarificaron mucho estos conflictos básicos. Mencio afirmó que la naturaleza humana era buena en esencia y que se podía desarrollar no sólo mediante el estudio, como había enseñado Confucio, sino también a través de un proceso de autoconocimiento interior. Al igual que Confucio, Mencio aceptó la sociedad medieval en la que vivía organizada de acuerdo con principios jerárquicos, pero hizo mucho hincapié en la responsabilidad que tenían los gobernantes en el bienestar de su pueblo. Los gobernantes Zhou mantenían su posición gracias a una doctrina llamada Mandato del Cielo, según la cual el Cielo era la autoridad impersonal que regía todas las acciones que tenían lugar en el Universo. Mencio sostenía que el Mandato del Cielo se expresaba por la aceptación de un gobernante por parte del pueblo. Si el pueblo se sublevaba y derrocaba a un tirano, quedaba probado que el Cielo le había retirado su mandato. En nombre del Cielo, Mencio reivindicaba el derecho de rebelión del pueblo chino. Xun-zi mantuvo una concepción opuesta por completo a la naturaleza humana. Afirmaba que la rebelión era mala en un sentido intrínseco. Xun-zi, sin embargo, era lo bastante optimista para creer en la ilimitada capacidad del pueblo para mejorar. Enseñó que, a través de la educación, del estudio de los textos clásicos y de las reglas de la propiedad, se podría alcanzar la virtud y restaurar el orden en la sociedad. Así, Xun-zi dotó al confucionismo de una filosofía pedagógica formal y una tendencia hacia las reglas rígidas para regular la conducta humana.


Lao Tsé (570 a.C.)
Taoísmo y otras escuelas importantes

La segunda gran filosofía de la etapa clásica fue el taoísmo. El filósofo Lao-tsé, que quizá vivió en el siglo VI a.C., está considerado como el fundador de esta escuela. Mientras que el confucionismo buscaba el pleno desarrollo de los seres humanos a través de la educación moral y el establecimiento de una sociedad jerarquizada, el taoísmo pretendía proteger la vida humana siguiendo el Camino de la Naturaleza (Tao) y volviendo a las primitivas comunidades agrarias y a un gobierno que no controlara o interfiriera en las vidas de los individuos. El taoísmo trató de llevar al individuo a una perfecta armonía con la naturaleza a través de una unión mística con el Tao. Este misticismo también fue seguido por Zuang-zi, filósofo taoísta de finales del siglo IV a.C., para quien, a través de la unión mística con el Tao, el individuo podría transcender la naturaleza e incluso la vida y la muerte.
Entre las otras escuelas importantes de ese periodo se encuentran el mohismo, el naturalismo y los dialécticos. El mohismo, fundado por Mo-tzu en el siglo V a.C., predicaba el utilitarismo estricto y el mutuo amor entre las personas, con independencia de las relaciones familiares o sociales. Durante el siglo IV a.C., el naturalismo ofrecía un análisis del funcionamiento del Universo basado en algunos principios cósmicos. Los más conocidos son el yin y el yang, que representaban las dualidades que actuaban en la naturaleza, lo femenino y lo masculino, la sombra y la luz, el invierno y el verano. También en el siglo IV a.C., los dialécticos se encaminaron hacia un sistema de lógica mediante el análisis del verdadero significado de las palabras, con el fin de evitar las trampas inherentes al lenguaje.

Escuela legista

La escuela legista surgió como la filosofía dominante en el reino de Qin durante los caóticos años entre los siglos IV y III a.C. Dos discípulos de Xun-zi, Han Fei y Li Su, fueron, respectivamente, su principal filósofo y la persona que puso en práctica el legismo. Fundamentaron sus ideas en las enseñanzas de Xun-zi cuando sostenía que la naturaleza humana era mala e incorregible y que era necesario un estricto control sobre cada aspecto de la sociedad humana. Toda libertad personal estaba subordinada a su objetivo de crear un Estado fuerte bajo un soberano con autoridad ilimitada.

La escuela legista facilitó un instrumento efectivo al crear una poderosa y autoritaria maquinaria militar y económica en el Estado de Qin. Hacia el 221 a.C., Quin había conseguido conquistar los otros estados feudales y establecer la primera dinastía imperial de China, un imperio unificado y centralista caracterizado por leyes estrictas, duros castigos, rígido control del pensamiento (como demuestra, la quema de todos los libros no legistas en el 213 a.C.), el control gubernamental de la economía y enormes proyectos de obras públicas como la Gran Muralla china, construida por el empleo masivo de obreros condenados a trabajos forzados y con un elevado coste de vidas humanas.

Todo esto ocurrió poco antes de que el gobierno opresivo de la dinastía Qin provocara la rebelión del pueblo chino. En el 206 a.C. un líder rebelde de origen plebeyo, Liu Pang (luego llamado Gaodi) entronizó a la dinastía Han. Se mantuvo la administración centralista de inspiración legista (ésta se prolongó hasta 1912), pero disminuyó el control gubernamental sobre la economía y la ideología. Muchas de las creencias del último periodo de la dinastía Zhou fueron recuperadas y reexaminadas con la intención de establecer un sistema de pensamiento con un alcance y complejidad adecuados para servir como base filosófica al nuevo y expansivo imperio Han.

Confucionismo Han

Basando sus ideas en gran medida en el concepto de Xun-zi, es decir, el del Universo como una tríada formada por el cielo, la tierra y la humanidad, los filósofos confucianos de la dinastía Han crearon un sistema de pensamiento que unía la cosmología del yin y del yang de los naturalistas; la preocupación taoísta de percibir y comunicar con la naturaleza; las enseñanzas confucianas sobre un gobierno benevolente dirigido por soberanos virtuosos y el respeto por el aprendizaje y los principios legistas del desarrollo económico y de la administración. Esperaban que esta filosofía aglutinadora daría al soberano y al gobierno el conocimiento para comprender las partes celeste y terrenal de la tríada y los medios necesarios para regular la parte humana, así como para coordinarlos y establecer una armonía perfecta en el Universo. La sistematización racionalista que sugería esta formulación llevó al fin a acuñar ideas inverosímiles y mezclarlas con supersticiones que permitían explicar de un modo simbólico las misteriosas actividades del cielo y la tierra. Aunque el confucionismo Han contaba con el apoyo del gobierno desde el 136 a.C. y más tarde fue necesario conocerlo para trabajar en las instituciones políticas, su hermetismo excesivo dio lugar a una fuerte oposición en los primeros siglos de nuestra era y la escuela se dividió al dirimir las cuestiones fundamentales sobre la autenticidad de los textos clásicos.

Etapa medieval

Durante los siglos II y III d.C., un conjunto de causas sociales y económicas llevaron a la caída de la dinastía Han, provocando la desunión política y la invasión extranjera. El vacío filosófico creado por el colapso del confucionismo Han fue resuelto por el taoísmo y también por el budismo, una filosofía entonces nueva en China. Un grupo de pensadores taoístas intentó reconciliar las enseñanzas confucianas de la responsabilidad social con la naturalidad y misticismo del taoísmo, un segundo grupo buscó escapar del agitado clima político existente a través de la creencia en el placer como único bien.


Buddha
Budismo

El budismo penetró en China desde la India y Asia central entre los siglos I y VI d.C. El desconocimiento del idioma dificultó al principio a los chinos la aprehensión de las sutilezas del sistema de Buda. Entre los siglos III y VIII, sin embargo, se tradujo la doctrina budista y ésta fue difundida por todos los niveles de la sociedad china por peregrinos que volvían de la India y por Kumarajiva, el gran traductor de los sutras del sánscrito al chino. Las enseñanzas del budismo fueron ante todo religiosas y planteaban escapar de los sufrimientos de la vida y la reencarnación sin fin, provocados por los deseos humanos, alcanzando un estado indescriptible de ausencia de deseo, conocido como nirvana. El budismo tuvo también mucha importancia porque las fórmulas para conseguir el nirvana que llevó a China incluían meditaciones metafísicas muy complejas sobre la naturaleza de la existencia.

La evolución del budismo en China se ajustó a la predilección china por el sincretismo, la conciliación de credos religiosos opuestos. El budismo hindú se dividía en sectas, algunas de las cuales mantenían que los elementos básicos de la existencia eran reales (realismo) y otras que eran irreales, o que estaban vacíos (idealismo) de fondo. Ninguna de estas posiciones extremas pudo satisfacer a los filósofos budistas chinos de la secta T’ien T’ai que formularon la “Triple verdad en perfecta armonía” para explicar la naturaleza de la existencia. Esta doctrina mantenía que, aunque las cosas están fundamentalmente vacías, tienen una existencia temporal y ésta es la verdadera naturaleza de todas las cosas en el Universo. La metafísica sincrética de la secta T’ien T’ai realizó la mayor contribución doctrinal al budismo, pero la secta de la meditación, que enseñaba el método directo intuitivo para penetrar en la verdadera naturaleza del universo, tuvo un alcance y permanencia mayores en China. Esta secta se conoce mejor en el mundo occidental por su nombre japonés de budismo Zen.

Periodo sincrético

La reunificación de China bajo la dinastía Sui (589-618) y la dinastía Tang (618-906) conllevó varios siglos de sincretismo religioso y filosófico que aglutinaba el taoísmo, el budismo y el confucionismo resurgente. A pesar de que el budismo fue dominante en sus primeros tiempos, entre estas tres escuelas el confucionismo ofreció una filosofía política y social adecuada a las necesidades de un imperio centralista. En consecuencia, fue restablecido como el fundamento idóneo para la educación de los futuros funcionarios y esta instruida clase siguió siendo cada vez más confuciana. Este hecho, tanto como el temor del gobierno hacia el poder creciente de la Iglesia, provocó la persecución de los budistas y taoístas y su declive final. El taoísmo, sin embargo, pervivió como una filosofía que practicaban los chinos ilustrados en sus vidas privadas y en su relación con la naturaleza.

El confucionismo no se reinstauró hasta después de la dinastía Song, después de que China hubiera sufrido otro periodo de desunión política desde 907 hasta 960 conocido como el de las Cinco Dinastías. El neoconfucionismo surgió del renovado estudio de los clásicos, necesario para poder optar a un cargo y conseguir un puesto en la administración civil imperial e intentó reforzar la ética confuciana con un sustrato metafísico. Al hacer esto asumió algunas de las ideas del budismo y del taoísmo, aunque en esencia eran muy diferentes, opuestas. El neoconfucionismo enseñaba que existía un principio para todas las cosas en el Universo, buscó descubrir esa noción generadora y mantuvo que el conocimiento del principio uniría al individuo con el Universo y le guiaría en las relaciones personales, sociales y políticas. El budismo, por el contrario, había enseñado que todas las cosas en el Universo estaban, en última instancia, vacías, intentó transmitir a sus seguidores que la iluminación produciría en el individuo el rechazo de los asuntos mundanos. El taoísmo no consideraba que el Universo estaba vacío, pero intentó alejar al individuo de la sociedad humana e incluso transcender la vida y la muerte.

Etapa moderna

El neoconfucionismo tuvo tres escuelas: la escuela del principio (racionalismo), la escuela de la mente (idealismo) y la escuela del saber práctico (empirismo).

Escuela del principio
La especulación metafísica del siglo XI fue sintetizada en el siglo XII por el gran neoconfuciano Zhu Xi, que desarrolló las doctrinas de la escuela del principio. En el siglo XIV estas doctrinas fueron adoptadas para las pruebas de admisión en el servicio civil imperial y permanecieron iguales hasta 1905. Esta escuela mantenía que todas las cosas estaban compuestas de dos elementos: principio o ley (li), que era un reflejo del Gran Absoluto (Tai-chi), y materia (ch’i). A través de la investigación de las cosas, que vino a ser el estudio de los asuntos humanos de acuerdo con los clásicos, y a través del autoconocimiento, uno podría llegar a la materia y comprender el principio. Este estudio llevaría a un entendimiento de todas las cosas y, al mismo tiempo, acentuaría el principio (la naturaleza humana buena en esencia) y minimizaría el ch’i (las propensiones físicas) en la mente de cada uno. Así instruido, el individuo podría entender los asuntos del Universo y dominarlos mediante el poder de la virtud personal.

Escuela de la mente

La neoconfuciana escuela de la mente (hsin) surgió en los siglos XI y XII, pero hasta el siglo XV no encontró un divulgador de excepción en la persona del estadista Wang Yang-ming. Siguiendo las primeras enseñanzas de la escuela, Wang mantenía que la mente no era una combinación de li y de ch’i sino sólo li, o principio. Puesto que la mente era principio puro, sin las trabas del ch’i, contenía la bondad esencial de la naturaleza humana. Por lo tanto, todos tenemos conocimiento del bien de forma innata y sólo necesitamos buscar en nuestras mentes para encontrarlo. Wang afirmaba también que el conocimiento bueno y verdadero ha de tener una consecuencia práctica. Esto le llevó a la conclusión de que conocimiento y acción forman una entidad inseparable. Abogó por una filosofía que arrancara del descubrimiento del principio o del conocimiento de lo bueno en la mente de uno mismo y llevara los impulsos de la mente hacia acciones benéficas para la sociedad. Tras la muerte de Wang, la escuela de la mente se orientó hacia la práctica de la meditación Zen para alcanzar la iluminación. Más tarde, esto llevó a un grupo de sus seguidores hacia el subjetivismo, una especie de respuesta espontánea a todos los impulsos naturales. Esta tendencia se asoció con el debilitamiento del gobierno chino en los últimos años de la dinastía Ming, que concluyó en 1644.

Escuela del saber práctico

Al principio de la dinastía Qing, fundada en 1644, los filósofos confucianos reexaminaron la civilización Ming con la intención de descubrir el punto débil que había provocado su caída. La escuela del saber práctico rechazó tanto la especulación metafísica de la ortodoxa escuela del principio como el idealismo subjetivo de los seguidores de Wang Yang-ming. Impulsaron el estudio renovado de los textos clásicos de la dinastía Han para redescubrir la ética verdadera y las doctrinas socio-políticas del confucionismo. Este estudio provocó un espíritu muy crítico y métodos científicos concretos de verificación de los textos. El mayor filósofo de esta escuela fue Tai Chen que, durante el siglo XVIII, objetó a la enseñanza neoconfuciana que la verdad, o principios, existía en la mente humana y que se podía alcanzar mediante la disciplina mental. Creía que esas enseñanzas habían llevado a una introspección y misticismo excesivos. Además rechazó lo que los demás neoconfucianos habían determinado como verdad o principio por considerarlo como simples juicios subjetivos. Llegó a afirmar que el principio podía encontrarse en las cosas en exclusiva y que sólo podía ser estudiado con objetividad a través de la recopilación y análisis de datos basados en hechos. Estos métodos científicos, sin embargo, no fueron nunca aplicados por la escuela empírica para el estudio del mundo natural: esta escuela se centró en el estudio de los asuntos humanos de la misma forma que lo hicieron los clásicos. El resultado fue un notable saber en los campos de la filología, la fonología y la geografía histórica, pero hubo muy poco conocimiento innovador y no se produjo ningún avance en las ciencias naturales.

Especulación de los siglos XIX y XX

Las carencias del neoconfucionismo se hicieron patentes en el siglo XIX. La especulación metafísica no aportó ninguna explicación para los cambios que el impacto de Occidente hizo necesarios en China, y la ética tradicional parecía impedir, cuando no frustrar, los intentos chinos para modernizarse. En la década de 1890, sin embargo, el joven y brillante filósofo K’ang Yu-wei hizo un esfuerzo radical para adaptar el confucionismo al mundo moderno. En su revolucionario tratado Confucio, un reformista, K’ang afirmó haber descubierto la fuente confuciana para una reforma radical de las instituciones políticas y sociales chinas, reformas necesarias si China quería hacer frente al imperialismo de Occidente. El programa para la reforma confuciana de K’ang, aplicado durante un breve periodo en 1898, se vio frustrado por el poder que tenían en el gobierno los confucianos ortodoxos y el propio K’ang tuvo que exiliarse. El líder nacionalista Chiang Kai-shek hizo, con el Movimiento Nueva Vida en la década de 1930, un intento por reavivar en China la ética de Confucio.

Hacia 1897 la filosofía occidental se había introducido en China a través de las traducciones y durante las décadas siguientes muchas ideas y doctrinas occidentales llegaron de la mano de estudiantes chinos que regresaban de Norteamérica y Europa a su país. La filosofía china del siglo XX ha adaptado una serie de modelos derivados del pensamiento occidental a la vez que ha intentado utilizar ideas de las escuelas orientales tradicionales.

Las filosofías occidentales más influyentes en el siglo XX en China han sido el pragmatismo y el materialismo. El primero, recogido en los escritos de Hu Shih, alumno del filósofo estadounidense John Dewey, concebía las ideas como instrumentos para hacer frente a las situaciones reales y puso énfasis en los resultados. Por lo tanto era apropiado para una filosofía de la reforma y desempeñó un papel importante en el Movimiento Nueva Cultura (iniciado en 1917), que pretendía modernizar la vida social e intelectual. Hacia 1924, sin embargo, el pragmatismo empezó a perder popularidad, tal vez porque carecía de un ideario político integrado. El materialismo en China ha consistido sobre todo en su vertiente dialéctica, como fuera descrito por Karl Marx, cuyos trabajos fueron muy conocidos hacia 1919. El materialismo ha sido el poder motor en la reconstrucción económica china y, desde finales de la década de 1920, el materialismo histórico (la interpretación económica de la historia) ha ganado popularidad entre algunos filósofos no comunistas. La mayoría de los materialistas adoptó más tarde el marxismo-leninismo, la línea política ortodoxa del Partido Comunista Chino, expuesto por Mao Zedong (Mao Tsé-tung). Aunque los comunistas chinos han afirmado que el maoísmo era un desarrollo del marxismo-leninismo, un análisis pormenorizado muestra que la originalidad de Mao no era tanto teórica cuanto práctica y sostenida por su indudable carisma como líder de masas.

El filósofo confuciano más conocido del siglo XX es Fung Yu-lan, que ha reconstruido la neoconfuciana escuela del principio. Aunque sus conclusiones eran similares a las de los neoconfucianos de la época Song, Fung aportó razonamientos nuevos y lógicos y clarificó el modelo original. Hacia 1960 Fung se desecantó por el materialismo histórico y revisó su obra La historia de la filosofía china (1931, 1934; complementada, 1936; traducida, 1948) según las ideas del marxismo-leninismo.


Feng Youlan (1895-1990)
Feng Youlan (Feng Yu-lan)

Figura destacada en el estudio de la filosofía de su país, Feng nació en 1895 en la provincia de Hunan. Obtuvo su primera formación a partir de tutores privados, como fue común en la educaciónde las familias terratenientes de aquel entonces. En 1910 fue estudiante del Instituto Chung-chou de Kaifeng, en la provincia de Henan, donde había muchos profesores que sustentaban ideas progresistas y revolucionarias. Luego de estudiar lógica en una academia de Shanghai, en 1915 se inscribió en la Universidadde Beijing donde estudió filosofía y habría de graduarse en 1918. Al año siguiente viajó a Nueva York, y en la Universidad de Columbia contó con profesores como John Dewey y Frederick Woodbridge. Habiendo obtenido el doctorado en su especialidad, regresó a China en 1923, para obtener un cargo como profesor en la recién creada Universidad de Kaifeng. En esa ciudad publicó su Filosofía de la vida, obra realizada a partir de su tesis doctoral, y que trataba de dar una valoración comparativa de las civilizaciones de Oriente y Occidente.

Dio cursos en la Universidad de Tsinghua y en 1927 fundó una revista de filosofía que se publicó hasta 1937. En 1933 en ese centro de estudios le sería encargada la direccióndel Departamento de Filosofía, y desde allí promovió la fundación de la Sociedad Filosófica de China. Su mayor contribución por esos años fue la publicación de la Historia de la filosofía de China, cuyo primer volumen apareció en 1931 y el segundo en 1934.

Al comenzar la guerra contra Japón, la Universidad de Tsinghua, que era una de las más importantes en la zona norte, trasladó su sede a Hengshan. Allí, Feng desarrolló su ensayo Nuevo neoconfucianismo , que sería publicado en 1939, lo mismo que su Nueva cultura y sociedad dado a conocer en 1940. Posteriormente, y siguiendo un método de trabajo original, hizo público Nueva moral en 1943, Nueva filosofía en 1944 y Nueva erudición en 1946. Estas obras serían consideradas en su totalidad como constituyentes de un sistema completo de análisis filosófico.

Luego de finalizada la guerra, fue a Estados Unidos como profesor visitante. Desde 1946 hasta 1947 permaneció en la Universidad de Pensylvania, y en 1948 estuvo en la la Universidad de Hawai. Asimismo, fue declarado doctor honoris causa por Princeton y trabajó con Derk Bodde en Filadelfia, en la traducción al inglés de su primer volumen de Historia de la filosofía. Sobre la base de esa obra y con la inclusión de nuevas consideraciones de Feng, se editó en Nueva York en 1948, una Breve historia de la filosofía china.

El nuevo ordenamiento administrativo que se produjo al constituirse la República Popular China, en octubre de 1949, también se vio reflejado en la educación. Feng, aparentemente impresionado por la profundidad de la aplicación de la Reforma Agraria en su país, dirigió una carta a Mao Zedong donde le exponía su profundo interés por participar en la estructuración de las nuevas ideas. Mao contestó de inmediato felicitándolo e invitándolo a integrarse al proceso iniciado.

En 1950 apareció en la Gran Enciclopedia Soviética un artículo de Feng donde se explicaba el desarrollo de la filosofía china en términos dialécticos. En 1952 fue a la Universidad de Beijing, al ser trasladado el Departamento de Filosofía que dirigía en la Universidad de Tsinghua. En el convulsionado período político de mediados de la década de los 50’s hasta 1959 Feng estuvo presente en los acontecimientos en que se vieron involucrados los intelectuales chinos. Al ser lanzada la Campaña de Las Cien Flores, Feng Youlan asistió en Génova a un congreso donde planteó posiciones que poco tiempo después, serían ampliamente criticadas en China. El Movimiento Antiderechista , que preludió la aplicación del llamado Gran Salto Adelante en lo económico, no lo contó entre sus adeptos y, si bien Feng no fue condenado al olvido, sí fue obligado a reconocer que habría cometido algunos errores ideológicos. Esa autocrítica fue considerada como insuficiente por la ortodoxia del PCCh. Las críticas posteriores de que fue objeto lo consideraban como un vocero de los antiguos conceptos idealistas, en donde no se apreciaban ni la lucha de clases ni del transcurrir del tiempo.

El ambiente intelectual consiguió expresarse más independientemente en la atmósfera relajada que comenzó en 1960. En ese tiempo Feng publicó su libro Nueva historia de Ia filosofía china, que vio la luzen 1964, y que fuera escrito de acuerdo a los conceptos marxistas. Pese a los avatares políticos, también incursionó en otros campos de la literatura, al colaborar, entre otros libros, con la Historia de la poesía china.

El futuro social de China
China ha estado dispuesta a experimentar con el cambio institucional desde 1978 y ha obtenido grandes progresos en la reducción de la pobreza. La prosperidad futura, sin embargo, dependerá de que China se aparte del camino artificial del socialismo de mercado y siga la ruta natural del liberalismo de mercado. La visión liberal del mercado no es nueva para China, fue inherente a la doctrina taoísta de wu wei desarrollada por Lao Tzu y sus discípulos. Los líderes de China sólo necesitan dejar que el pueblo regrese a sus raíces para darse cuenta de lo acertado que es dejarle a la sabiduría de los procesos espontáneos del mercado la responsabilidad de organizar la vida económica, limitando al gobierno a la protección de la vida, la libertad y la propiedad. En ese esfuerzo, Hong Kong puede jugar un importante papel diseminando el “tao” de Adam Smith y sir John Cowperthwaite a toda China-y permitiendo así a Oriente y Occidente encontrarse en un espíritu de “Taoísmo de mercado.”

Fuente: www.pensardenuevo.org

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